Desde que los inicios de la humanidad nuestros antepasados tuvieron la necesidad a falta de otros medios de vestir, para esto se abrigaban con pieles de animales y desde entonces la piel ha seguido siendo parte de nuestra cultura.

Por este gran aprecio a la piel que le seguimos teniendo, este material natural ha sido transformado en innumerables productos, y ha sido manipulado para crear muy diversos artículos que en estos tiempos no necesariamente se encuentran en nuestra indumentaria, pero sigue realizando su principal función que es la de proteger artículos de gran valor.

Existen diversas artesanías muy diversas con este material, creemos, por tanto, que es necesario divulgar informacion acerca de la piel para poder sacar de ella el máximo partido.

Los primitivos habitantes de las cavernas sólo conocían una manera de llegar a la apreciada piel y asimismo sólo un modo de poderla conservar y curtirla: cazaban los animales salvajes, los mataban y los despellejaban.

La piel era rascada con piedras aguzadas para eliminar los restos de carne y luego la untaban con grasa para su buena conservación. Según la clase del animal cazado, la piel podía tener un pelo más o menos largo.

En épocas más recientes a nuestros días, en tiempos de los griegos y de los romanos, vemos que, a través de recetas preciosamente guardadas por pueblos semitas, se divulga la utilización de la piedra de alumbre en el adobado de las pieles. Y aún así fue necesario que transcurran muchos años más, hasta hace casi ahora más de un siglo, para que se desarrolle la técnica refinada de la curtación entre los europeos. A partir de entonces, estos procesos de curtido han cobrado gran perfección y permiten una industria de alto grado tecnológico.
La piel empezó siendo aplicada para zapatos, bolsas y bolsos, chaquetas y abrigos, artículos de vestuario. Pero luego su empleo se ha extendido tanto que se puede decir, casi sin error, que no existe un material tan polifacético en aplicaciones diversas.

Por otra parte, no hay que olvidar que cada país tiene sus peculiaridades, tanto por la calidad de su ganadería como por la manera de ser curtidas las pieles autóctonas, con diferencias notables respecto a las de otro país. Puede muy bien ocurrir que pieles a muy buen precio respecto a las semejantes de otro país superen en cualidades a las importadas, en las que sólo el exotismo y la rareza intervienen para ser mucho más valoradas.

Otro detalle a tener muy en cuenta respecto a algún tipo de pieles es su localización en el mismo cuerpo del animal. Las diferencias de piel procedente del cuello, del lomo o de la barriga permiten cualidades muy específicas para ser utilizadas en una u otra funciones.

De manera general podemos resumir que se trata de piel al órgano que le sirve al animal para su protección externa y todo lo que esto implica como puede ser carne, pelo y grasa, en sus casos escamas así como también plumas.



Fuente: trucosymanualidades

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